EL OBJETO DEL MES, diciembre 2023

PLATO O FUENTE. Hospedería del Convento de San Francisco. Paseo Chapí, Villena (Alicante)

Procedencia:. La pieza que presentamos procede de las excavaciones arqueológicas de urgencia efectuadas en el Paseo Chapí de Villena en 2009. Pertenece a la vajilla de mesa del desaparecido convento de San Francisco. Concretamente, se halló en la zona de la hospedería, situada junto a la cabecera de la iglesia.

Descripción formal: Fondo plano de una plata que conserva el arranque de las paredes, ligeramente alzadas.

Descripción técnica: Fabricación a torno, pasta naranja-rojiza, dura y compacta. La superficie interior está barnizada en amarillo, con goterones verdes, y decorada con una corona real pintada en óxido de manganeso, realizada a trepa con las iniciales V(iva) Y(sabel) I (I) (segunda). Dimensiones (cm): diámetro máximo conservado, 12,5 ; altura máxima, 3; espesor: 1.

Estado de conservación: pieza incompleta, le faltan las paredes y el borde, pero la base se conserva en buen estado.

Funcionalidad: servicio de alimentos.

Contexto histórico: Esta vasija bisbalense localizada entre las ruinas del convento de Villena forma parte del amplio repertorio de cacharrería tradicional que se hallaba presente en los hogares españoles hasta época preindustrial. La localidad de La Bisbal d’Emporda (Girona) fue uno de los centros alafareros más reputados. En sus cercanías se hallaban los dos tipos de tierra que distinguieron su artesanía, una rojiza procedente de la partida de Vacamorta y otra blanquecina de Castell d’Empordà y Monells. Las primeras noticias se remontan al siglo XVI, aunque hasta la edad Contemporánea sus productos se limitaban al mercado comarcal. El siglo XIX supuso el auge de la cerámica de La Bisbal, así como la de las vecinas del Maresme, como Mataró y Arenys de Mar. A partir del primer tercio de esta centuria las excelentes cualidades de sus arcillas y la gran especialización en la cadena productiva favorecieron la celeridad en el trabajo. De esta manera se pudo satisfacer la gran demanda interior y exterior a lo largo del Mediterráneo, llegando incluso a varias colonias españolas. Las modestas vajillas de la Bisbal de colores rojizos y amarillentos eran sobretodo funcionales, pero no por ello carecían de diseños atractivos que facilitaban su exhibición en los aparadores y cocinas populares. Las piezas más sofisticadas se pintaban a mano por los artesanos con más pericia. Las más corrientes se decoraban a trepa, es decir con una plantilla de papel recortado. El siglo XIX es el de la técnica decorativa de la trepa, que constituye una las peculiaridades de la cerámica de La Bisbal. Se utiliza en la actualidad para identificar la procedencia de las piezas y su cronología, aunque esta tarea puede presentar algunos problemas de confusión, sobre todo con productos de Mataró. Existieron miles de trepas bisbalenses. Entre las tématicas más recurrentes se hallan barcos, flores, pájaros, frutos, bailarinas, toreros o las marcas comerciales de las alfarerías. Quizás, las más singulares son las referentes a la política. En este sentido, en la Bisbal son frecuentes las vasijas que presentan una corona real con la inscripción abreviada de Viva Ysabel II, que se fabricaron hasta la década de 1870. Curiosamente, por las mismas fechas, en el vecino pueblo de Mataró se hacían algunas con la frase Viva la república federal. Aunque se documentan ambas proclamas en cacharros de los dos municipios, éstos presentan sus singularidades. Tras un estudio comparativo nos inclinamos a relacionar nuestra pieza con La Bisbal, por las características de la corona, que detalla perfectamente las diferentes diademas perladas que convergen en el orbe, sobre el cual aparece una cruz patada. En los ejemplares de Mataró además de aparecer coronas más esquemtaizadas, siempre culminan con cruces llanas o latinas. Con todo, cabe añadir que en otras localidades catalanas también se fabricaron piezas con corona, como en Granollers. En cuanto a la tipología concreta, aunque carece de paredes y bordes todo apunta a que se trataría de un plata o fuente de base plana, un recipiente muy común en la época que en origen se utilizaba para contener cocidos y caldos. Formalmente, es una pieza fabricada sin grandes diferencias en todos los centros alfareros que hemos mencionado, dado que la plata constituye una de las piezas estrella de la vajilla catalana, que se asocia a la conocida escudella i carn d’olla. La mayor parte de las vasijas de La Bisbal que salían en dirección a Valencia, Murcia y Andalucía, se transportaban por vía marítima, a pesar que ya en aquella época existía el ferrocarril. Como dato curioso decir que en muchas ocasiones eran los propios alfareros o dirigentes de asociaciones gremiales los que se aventuraban a una larga travesía de cabotaje en llaüts o barcas para vender sus mercancías. Hay constancia de expediciones hasta las Islas Baleares, Valencia y Andalucía. Con todo, hará falta un estudio más profundo para arrojar más luz sobre esta singular vasija.

Josep Menargues
Arqueólogo. Técnico del SEMAP (Museo de Villena)

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

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Fotografia:
Josep Menargues

Fondos:
Museo de Villena