LOS PRIMEROS DE VILLENA

¿Cuándo hollaron los primeros seres humanos las tierras de Villena?

Es una pregunta difícil de responder, ya que ni siquiera sabemos con certeza cuándo sucedió lo mismo en Europa. Lo que vamos sabiendo es que las fechas reculan cada vez más a medida que progresa la investigación. Luego está por aclarar qué entendemos por humanos, ya que, la especie actual, llamada Homo sapiens sapiens, con todos sus matices ha sido la última en llegar a este mundo. Aunque cueste creerlo, antes que nosotros hubo homínidos muy parecidos que también caminaban erguidos, capaces de razonar y tener pensamientos abstractos, de fabricar instrumentos, de comunicarse en un lenguaje verbal, de sentir amor y empatía hacia el prójimo y que, al igual que nosotros, temían a la muerte. Pues bien, intentando responder a la pregunta inicial, lo que sabemos a día de hoy es que nuestro continente fue colonizado a través del Cáucaso y Próximo Oriente, y quizás desde el norte de África, hace unos 1’8 millones de años. Los cráneos de Dmanisi en Georgia así lo prueban. Esto restos humanos pertenecen a una especie, todavía en encendida discusión antropológica pero que tiene mucho que ver con el conocido Homo erectus de nuestro bachiller del instituto. En la Península Ibérica, tenemos el complejo de Atapuerca en Burgos, que reúne dos principales yacimientos, la Sima del Elefante y Gran Dolina. Ambos lugares poseen restos excepcionales, tanto de huesos humanos como de útiles en piedra. En 2011, en la primera de las cavidades se encontró una mandíbula y una falange de un homínido de 1,3 millones de años de antigüedad, convirtiéndose en los restos más antiguos de Europa Occidental. Pistas aún más remotas se han dado recientemente en la Comunidad Valenciana, aunque sin tanto bombo mediático como en los yacimientos anteriores. En 2013, durante las obras de un parque eólico del Alto de las Picarazas, en Andilla (Valencia), se descubrió una diaclasa rellena de sedimento con fauna e instrumentos de piedra de entre 1,3 y 1,5 millones de años. Se trata de unos hallazgos fabulosos para la historia del poblamiento en Europa occidental. Solo la ausencia de restos óseos humanos, empaña su interés popular. Pero ahí están los útiles indiscutiblemente tallados por personas inteligentes.
Volviendo a la pregunta inicial, la respuesta la da nuestro contexto geográfico. No, no tenemos en Villena por el momento unas pruebas tan palpables, pero sin duda nuestros vecinos del Alto de las Picarazas en algún momento hollarían esta carretera natural que se llama el valle del Vinalopó. Posiblemente en tránsito hacia Orce (Granada), otro de los importantísimos yacimientos olvidados de la prehistoria humana en la Península. Orce que, les sonará mucho del famoso Hombre de Orce, de los años ochenta, cayó en desgracia, entre otras cosas por la vanidad y osadía de algún científico obsesionado con la fecha más antigua. En la actualidad y con mucho más sigilo se están aportando datos que sitúan a Venta Micena (Orce) en la misma cronología que Picarazas. En resumen, hace más de un millón y medio de años, como mínimo, los seres humanos transitaban por nuestras tierras. Otra cosa es que se establecerían durante alguna temporada aquí. Cosa que parece no haber sucedido hasta hace unos cincuenta mil años en la Cueva del Cochino. Pero de eso hablaremos otro día.
Josep Menargues
Técnico Sección de Arqueología

Bibliografía:
GUILLEM, P. M.; MARTÍNEZ VALLE, R. (2017): Secuencia bioestratigráfica del Alto de las Picarazas (Andilla Chelva,València) a partir de Arvicolidae, Interaccions entre felins i humans, III Jornades d’arqueozoologia (A. Sanchis, J. Ll. Pascual, eds.), València, 289-307.
GUILLEM, P. M.; VICENTE, M.; MARTÍNEZ VALLE, R.;IBORRA, M. P.; CASABÓ, J. (2013): Aspectes bioestratigràfics del límit Plio-Pleistocé a l’interior de les terres valencianes a partir dels micromamífers (Rodentia), Animals i arqueologia hui. I Jornades d’arqueozoologia (A. Sanchis, J. Ll. Pascual, eds.),València, 45-64.
HUGUET, R. (2007): Primeras ocupaciones humanas en la Península Ibérica: Paleoeconomía en la Sierra de Atapuerca Burgos) y la Cuenca de Guadix-Baza (Granada) durante el Peistoceno Inferior, Universitat Rovira i Virgili, Tarragona.